GESTIÓN TERMINOLÓGICA | ¿QUÉ QUIERE DECIR CON ESO?

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Hacerse entender parece algo sencillo: usted utiliza un cierto código lingüístico para expresar sus ideas, el receptor que comparte ese mismo código, interpreta y comprende el mensaje. ¿Verdad? Bien, si pensáramos en qué ruidos de comunicación podrían ocurrir entre las personas que comparten el mismo código, la misma cultura y se encuentran en un mismo contexto social, imagine la infinidad de problemas que podrían surgir si uno de esos tres aspectos fuera diferente entre los interlocutores. ZAUM entiende esa cuestión y está lista para ayudarle a superar las barreras de la gestión terminológica.

Recuerde alguno de sus anuncios de marketing, de un material de capacitación o del layout de su sitio web. Ahora, considere qué tan arduo fue llegar a determinado color, término, contenido, imagen, resultado de búsqueda o, lo más importante, lograr la reputación. Todo eso exige tiempo, esfuerzo y dinero, y cuando se habla en imágenes y reputación, todo se vuelve más importante. Al final, esos son dos de los activos más valiosos para una persona u organización.

Esa es una de las principales cuestiones al escoger un servicio de traducción profesional. A pesar de que todos los empleados de la empresa sean fluidos en el idioma de origen y se sientan cómodos para traducir algunos materiales, se corre el riesgo de encontrarse con cuestiones terminológicas muy específicas y, sobre todo, elementos culturales.

Es muy fácil encontrar por la red ejemplos prácticos de marcas famosas que pasaron por situaciones delicadas, no solo por el contenido que se tradujo, sino también por cuestiones de localización, lo que se refiere a todo el contexto intercultural e idiomático. Así, elementos como íconos, símbolos, colores y signos necesitan volver a pensarse y adaptarse durante la traducción.

En noviembre de 2015, en la Convención climática de la ONU que celebró uno de los mayores acuerdos climáticos entre 195 países, las autoridades se enfrentaron al uso ambiguo de los verbos shall y should durante la discusión de metas. Shall tiene una carga de concepto legal de obligación, mientras que should se inclina a las obligaciones de naturaleza moral. Al tratarse de un acuerdo internacional, en el cual las acciones de los países están propensas al veto de la escena internacional, ese detalle puede cambiar todo y volverse algo arriesgado. 

Otro ejemplo, menos global, que también tiene una carga de deber de responsabilidad civil, es el de un Hospital de Berlín que tuvo problemas durante cirugías de implantes en pacientes. Los cirujanos responsables recibieron la traducción equivocada del procedimiento quirúrgico del implante, lo cual, en el idioma de origen, especificaba una etapa y, cuando se tradujo, la palabra adquirió un significado totalmente opuesto, es decir, ocasionó la exención de una etapa. Resultado: los pacientes debieron realizar un segundo procedimiento quirúrgico correctivo.

Con la gran disponibilidad de información, las personas comenzaron a realizar encuestas de productos por Internet. En ellas, los consumidores encuentran toda la información que influirán su proceso decisivo de compra, y un término mal utilizado puede hacer que su marca simplemente pase inadvertida en esa fase de la encuesta. Por lo tanto, una gestión terminológica hace que su producto se vuelva accesible a los sitios de encuestas y, consecuentemente, a los ojos del consumidor.

Aunque existan herramientas que almacenan y actualizan terminologías, de nada servirá si la persona que las usa no fuera consciente de la necesidad de una búsqueda refinada en glosarios y también de un profundo conocimiento en la especialidad.

El principal desafío de la gestión terminológica es llevar el mensaje correcto y sin ambigüedades al público de destino, esquivando los mensajes no intencionales que pudieran surgir y causar disonancia. Obtenga esa precisión con las soluciones de localización idiomática de ZAUM Language Services.